Este número de Quaderns-e es expresión del creciente
interés en Cataluña por la religión. No es
de extrañar que ese interés surja en la ciudad y en
la región más irreligiosas, probablemente, de España.
Los acontecimientos actuales demuestran que entender la espiritualidad
y la religión es de importancia vital para el Mediterráneo,
Occidente y el mundo en general.
El respeto hacia las creencias del prójimo, incluido el
ateísmo, el indiferentismo y el notengoideaismo, no forma
todavía parte de la educación cotidiana. La profanación
es tan humana como la sacralización. La historia trágica
de la España de comienzos del siglo XX estuvo precedida por
siglos de religión impuesta por el Estado y por décadas
de publicaciones anticlericales, en especial en Valencia y Barcelona,
con caricaturas de una ferocidad asombrosa. Al asesinato de los
judíos de Centroeuropa le precedió una campaña
de antisemitismo igualmente feroz en periódicos, revistas,
dramatizaciones de la Pasión y películas. Los masacres
en serie perpetrados en los Balcanes han tenido un importante componente
religioso. El pluralismo religioso no es una condición natural,
sino una actitud que debe ser aprendida y un conjunto de derechos
que debemos proteger sin bajar la guardia; conlleva limitaciones
para cualquier religión particular.
Entender cómo los demás pueden llegar a tener creencias
que parecen improbables, cuando no ridículas, a alguien ajeno
y a conformar sus vidas en torno a ellas constituye uno de los máximos
retos planteados al ser humano. En efecto, resulta fácil
ver las creencias de los demás como una rareza, pero difícil
entender por qué los otros habrían de contemplar así
las nuestras. La religión configura para mucha gente modos
de organizar su vida, contemplar el espacio y ver el mundo. Cuando
las personas se apartan de la religión de sus padres y descubren
nuevas formas de vivir, esas nuevas formas pueden cristalizarse
a su vez en iglesias o ritos (como ocurrió con los espiritistas,
el New Age, los testigos de Jehová y los comunistas de Alemania
del Este descritos en este número).
La diversidad religiosa aumenta en Cataluña a un ritmo
acelerado, como en las décadas anteriores a la Guerra Civil,
pero ahora no sólo por la creatividad de los hijos de los
indiferentes sino también por las nuevas tradiciones religiosas
aportadas por inmigrantes extranjeros. Muchos hogares catalanes
atestiguan esa diversidad mediante una notable mezcolanza de imágenes,
amuletos, objetos que dan suerte, cristales de cuarzo, estampas
y mandalas. La comprensión del bazar religioso mundial comienza
cuando nos escuchamos mutuamente, pero también implica entender
cómo funcionan en general los sistemas de creencias, cómo
se vinculan a los sucesos del ciclo de la vida, cómo proporcionan
placeres, consuelo y ayuda práctica y cómo pueden
crear comunidad y mantenerla en unos tiempos de cambio rápido.
Traducción: José Luis Gil Aristu.
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